La historia se repite similares actores e iguales propósitos.

Se que para muchos resultaría difícil escribir el apellido del ministro de educación Roberto Fulcar, pero ya todos lo escriben correctamente. Con todo el lodo que han querido lanzar sobre la muy bien ganada honra y reputación del Dr. Fulcar. En nuestra historia republicana siempre ha sido así, el que decide hacer las cosas bien como Dios manda ha sufrido los más terribles castigos, azotes y perjurios.

Desde Juan Pablo Duarte, quien lo dio todo, vida y bienes por la fundación de la República y darnos una nacionalidad, los sectores que solo viven al asecho por apropiarse de los bienes comunes y riquezas creadas por el pueblo, lo último que hicieron fue deportarlo y hacer que muera en playas extranjeras. Luego sucede con la primera espada de la Restauración, Gregorio Luperón también deportado y luego muy enfermo fue traído a morir en la patria por la que luchó hasta vencer. En el primer intento por establecer un sistema democrático en el país, el profesor Juan Bosh fue electo presidente por el voto libérrimo del pueblo dominicano, asimismo sectores que únicamente piensan en sus intereses pecuniarios, planearon un golpe de Estado, lo destituyeron y lo deportaron hacia el exilio.

Así podemos citar decenas de ejemplos en los que quienes se colocan del lado del pueblo sufren los embates del destierro o de la muerte. Hoy cuando el mundo ha cambiado, los actores son similares y tienen los mismos propósitos, quienes intentan devolver en servicios las riquezas producidas por el pueblo, no lo exilian ni lo fusilan sino, que se le da muerte moral que según José Martí, es peor que la muerte biológica.

El Dr. Roberto Fulcar actual Ministro de Educación que tiene la visión de producir una transformación profunda en el sistema educativo dominicano, ha empezado por hacer un sistema inclusivo, abriendo la puerta de la escuela hasta los discapacitados, entregando equipos tecnológicos a estudiantes, maestros y colaboradores, esta enfocado en dotar la nación de un modelo educativo a la altura de los países del primer mundo.

Eso es demasiado y es tiempo de pararlo, es una locura que no debe seguir ocurriendo. Todo esto solo con la finalidad de afectar la moral, reputación y el muy bien ganado nombre del Dr. Fulcar. Señor Ministro siga adelante, el mundo cambió y usted representa el gobierno del cambio. Le están apuntando con carabina vacía como me enseñó uno de mis maestros más admirado. ADELANTE MINISTRO.

¿Te gusto? Compártelo en tus Redes Sociales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *