LA ESCUELA, LO ÚLTIMO QUE DEBE CERRARSE

Se ha suscitado el más ferviente debate en el país, sobre la apertura o cierre de las escuelas y colegios, después del asueto de Navidad. El ministerio de educación llama a la comunidad educativa a volver a clases de forma presencial, el Colegio Médico Dominicano (CMD) recomienda que los maestros y estudiantes se integren a las labores docentes y dicentes asumiendo la presencialidad. Otros actores no menos importantes de la sociedad se sumaron al llamado a la docencia presencial. La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) llama a los profesores a no integrarse a las labores docentes, fundamentando su decisión en que hay una alta positividad del virus del COVID-19 y sus nuevas variantes, en el país.

Es preocupante que, ante un tema tan relevante, la nación se divida y no busque consenso, en el cual siempre debieran estar fundamentadas las decisiones  como la tomada por la ADP, quien como gremio profesional debe observar siempre el rigor científico.

Según la UNESCO, el BANCO MUNDIAL y UNICEF, América Latina es la región que ha tenido el cierre de escuelas más grande, más generalizado, a nivel global. Es grave para la enseñanza de los niños, mantener el cierre de las aulas por tanto tiempo. Según el estudio hay perdidas sustanciales en Matemáticas y Lectura, que varían según el nivel socioeconómico, el género y el grado. Las pérdidas de aprendizaje son proporcionales a la duración del cierre de las escuelas.

Según las estadísticas todos los países de América Latina sobrepasan el promedio mundial en cuanto al tiempo que han mantenido cerradas las aulas, más de 80 semanas (UNESCO). Según la UNICEF en el primer año de pandemia 79% del tiempo de instrucción en la región se interrumpió debido al cierre total de las escuelas, ese porcentaje está muy por encima del que registraron Asia (57%) y África del Norte (51%). Asegura que la pandemia ha provocado la mayor crisis de aprendizaje de la historia en la región. “Es un desastre, nunca América Latina había privado a tantos niños de la Educación al mismo tiempo, en un periodo tan largo”. La pandemia ha demostrado que la enseñanza a distancia debe ampliarse, pero no puede sustituir la enseñanza presencial. Especialmente en niños vulnerables (Bloomber Línea, 11 enero 2022).

Unicef insta a todos los gobiernos de la región a acelerar ahora el retorno al aprendizaje presencial para todos los niños y niñas. El cierre de las aulas produce pobreza en el aprendizaje, la perdida de aprendizaje no es moralmente aceptable. Según Jenkins 2021, las escuelas deben ser las últimas instituciones en cerrar y las primeras en abrir. En la República Dominicana sucede lo contrario, aquí los bares, restaurante, discotecas, colmadones, estadios, tiendas, supermercados, etcétera, todos están abiertos haciendo aglomeraciones de personas, mientras que las escuelas están cerradas.

República Dominicana es parte de la región que tiene el segundo mayor aumento de pobreza de aprendizaje, en donde la proporción de niños que no son capaces de leer de forma competente al finalizar la educación primaria, este indicador podría aumentar de 51% a 62.5% en el corto plazo. Sería importante que los actores tomadores de decisiones en el sistema educativo preuniversitario, en el momento de abocarse a tomar la decisión de cerrar las aulas, actúen de la manera más razonable posible y que sus decisiones sean tomadas con un mayor rigor científico.

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