Al margen de los resultados y de los temas que se debatieron la XXVIII Cumbre iberoamericana ha representado un triunfo para República Dominicana tanto por el elevado número de participantes como por la organización.
La ausencia de los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de México, Andrés Manuel López Obrador, no restó brillo al encuentro, que contó con la presencia del rey de España, Felipe VI; del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
Con mandatarios de la región que asistieron al encuentro se trató de manera particular algún problema local, amén de fortalecer los nexos diplomáticos y comerciales.
Los acuerdos en torno a medio ambiente, principios y derechos digitales, seguridad alimentaria y arquitectura financiera son de gran significación para la región, así como el drama migratorio y la desafiante crisis de Haití.
Los cancilleres aprobaron la ejecución del III Plan de Acción Cuatrienal de la Cooperación Iberoamericana, que establece lineamientos para promover el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Como coordinadora de los trabajos las autoridades dominicanas pueden sentirse más que satisfechas, porque todo indica que salieron bien paradas.
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